Los carriles tácticos de la inversión...
Una sólida estrategia de inversión a largo plazo debe constar de varios aspectos fundamentales. Entre ellos, es crucial contar con una estructura de activos neutral que se adecúe al perfil de inversión, el cual se definirá mediante la evaluación de la tolerancia al riesgo, el horizonte de inversión y el objetivo final de los recursos.
Dentro de esta estructura de activos neutral, que se mantendrá en mayor parte durante la vida de la estrategia, surge un concepto adicional que denominaremos “bandas tácticas”. Este concepto se refiere a un rango de acción que nos permite sobreponderar o subponderar de manera limitada activos dentro de nuestra estructura neutral.
Imagina que estás conduciendo por una autopista de tres carriles. El carril central representa la estructura neutral de tu estrategia de inversión. Cuando consideres que hay una oportunidad de rebasar al vehículo que tienes adelante, con precaución cambiarás al carril de alta. En términos de inversión, esto se traduciría en incrementar la posición en activos de mayor riesgo para tratar de aprovechar una condición favorable esperada de los mercados con mayor potencial en el corto plazo. Una vez que se alcance el objetivo de corto plazo, volverías al carril central.
Por otro lado, si el día se está volviendo más oscuro o comienza a llover y deseas manejar con mayor precaución para evitar posibles accidentes, cambiarías al carril de baja. En el contexto de inversión, esto implica reducir la posición en activos de mayor riesgo que suelen ser más volátiles en situaciones de estrés del mercado.
Estos pequeños ajustes pueden generar valor en el corto plazo dentro de la estrategia. Para ilustrar con porcentajes, consideremos una estructura neutral para un inversionista con perfil moderado: 80% en deuda y 20% en acciones. Las bandas tácticas para las acciones podrían oscilar entre el 15% y el 25%, de modo que se mantenga una relación equilibrada en el portafolio entre el riesgo y el rendimiento esperado. Además, esto garantiza que siempre mantengamos cierta exposición al mercado de acciones, evitando pérdidas de oportunidades significativas.
Una ventaja adicional de establecer un rango táctico dentro de nuestras políticas de inversión es que actúa como una barrera natural para el proceso de rebalanceo del portafolio. Si en un determinado período el mercado de acciones ha tenido un buen desempeño en los últimos años y se acerca al límite superior del rango (25%), se puede realizar un rebalanceo para volver a la estructura neutral y asegurar las ganancias obtenidas y viceversa, si el mercado de acciones ha disminuido, la recomendación es realizar un rebalanceo adquiriendo más del activo que esté subvaluado.
Al realizar un rebalanceo constante, podemos obtener beneficios adicionales en nuestro portafolio, como comprar activos cuando se encuentran en un punto más bajo teniendo un mayor potencial de crecimiento en el largo plazo. Además, el rebalanceo actúa como un amortiguador en situaciones de estrés y volatilidad en el mercado, al tomar utilidades en aquellos activos que han tenido un crecimiento fuerte, evitando así, estar sobre expuestos en caso de una corrección en el mercado, lo que aumentaría la volatilidad y las pérdidas en un portafolio.
En resumen, la definición de las bandas tácticas dentro de una estrategia de inversión es un componente esencial para lograr un enfoque financiero sólido y adaptativo. Al establecer estos rangos de acción, los inversionistas pueden evitar decisiones impulsivas y reaccionar de manera informada y meditada ante fluctuaciones en el mercado.
Asimismo, las bandas tácticas actúan como salvaguarda contra el exceso de rebalanceo. Al fomentar la disciplina en los ajustes del portafolio, se preserva la coherencia y se evitan decisiones impulsivas que podrían resultar en pérdida de oportunidades o excesiva exposición a riesgos innecesarios.
Al considerar estas bandas como guías estratégicas flexibles, los inversionistas están mejor posicionados para navegar por los desafíos y las oportunidades cambiantes del mercado, con el objetivo final de alcanzar sus metas financieras de manera efectiva y consistente en el tiempo, pero con un estricto control del riesgo.
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