Techstars, la euforia de la Inteligencia Artificial
¿En qué momento la manía de la inteligencia artificial es demasiado?
Los seres humanos somos animales de memoria corta y de emociones rápidas; el conocimiento o desconocimiento colectivo actúa como un mecanismo de sesgo que nos llena de falso convencimiento, pero validado por la mayoría que nos rodea. En su momento, uno de los hombres más inteligentes que ha visto este planeta, Sir Isaac Newton, también participó en la manía de los Tulipanes (aunque al igual que los más tontos perdió una buena cantidad de dinero...)
Nadie niega que estamos presenciando uno de los cambios tecnológicos más importantes de los últimos 20 años, la inteligencia artificial revolucionará casi todo lo que nos rodea. Así como en su momento la proliferación del INTERNET y el WWW revolucionó la vida como la conocíamos el turno ahora parece ser de las plataformas de inteligencia artificial, los elementos técnicos que lo permiten y de las aplicaciones y usos que se logren utilizar para mejorar (o al menos cambiar) las vidas de todos en este planeta. Las empresas cuyo modelo de negocio esté construido sobre la explotación de esta tecnología serán las dominantes; así como hoy, son aquellas cuyos modelos de negocio basados en la explotación del internet como piedra angular del desarrollo de su modelo de negocios (Google, Amazon, Microsoft, Netflix).
Como en la fiebre del 2000, se generarán excesos y correcciones; los primeros en moverse no siempre serán los que prevalezcan, el camino de adopción rentable no será inmediato, la tecnología como la vemos hoy no se cambiará y esos cambios darán lugar a competencia y productos alternos, los modelos de negocios obvios no serán los mejores ni los que prevalezcan.
Robert Schiller en su libro Animal Spirits hace notar la importancia que tienen las historias como motor de comportamiento económico. Schiller resalta la misma mano invisible que Adam Smith describiera en su Riqueza de las Naciones como fuerza principal detrás de los grandes ciclos económicos de los países y las economías mundiales. Las historias se contagian, las creencias se propagan y de pronto como por arte de magia las masas de individuos gastan, invierten y consumen con completa certeza de lo que sucederá. Los ciclos positivos siempre resultan de agotamiento de negatividad y surgen como esperanza en torno a una nueva narrativa esperanzadora. Es nuestra capacidad de imaginación colectiva y nuestra ingenuidad un motor extraordinario para que el ser humano logre cosas de magnitudes inimaginadas en el pasado y que seguro nos seguirán sorprendiendo en el futuro.
Pero los caminos no son ininterrumpidos, los excesos se generan y, como diría un amigo, ni los rayos caen en línea recta. En la naturaleza el crecimiento desmedido de alguna especie es controlada por la finitud de los recursos necesarios, a este autocontrol natural se le llama capacidad de carga. De esta manera, cuando alguna especie presenta un aumento acelerado en su crecimiento, al aproximarse al límite comienza una autocorrección que la lleva a su crecimiento normal o medio. Los mercados financieros actúan de la misma forma, aun cuando estemos en presencia de un importante cambio tecnológico, los crecimientos exponenciales no permanecen. NVDA y la euforia del IA tendrán que corregirse, la gran pregunta es si estamos ya o no cerca de su límite de capacidad de carga. Un CEO recibido como estrella de rock es quizá un indicador de que estamos cerca de un punto de euforia y de limite en la capacidad de carga. Por todo lo anterior estamos reduciendo exposiciones al Nasdaq, protegiéndonos de una casi inminente corrección, y refugiándonos en Treasury Bills de corto plazo aprovechando las tasas del 5%*.
*Esta es una opinión personal y no debe de tomarse como una recomendación de inversión.
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